Las aceitunas van entrando de una en una y van rodando hasta un punto. En este punto, por un lado entra una cuchilla circular hueca y por el otro un vástago que se clava en la aceituna hasta el hueso y lo presiona hacia el otro lado para sacarlo. Al salir el hueso de la aceituna, se hace un agujero con el tamaño perfecto. Este agujero creado se suele rellenar.